Vecinos mostraron pancartas en la autopista Bárbula-Guacara. /Foto Luis Cabrera
Luis Alejandro Borrero
lborrero@el-carabobeno.com
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María Medina estaba desesperada. Madre de cuatro niños, no puede
seguir gastando su sueldo comprando agua a camiones cisterna. En La
Josefina, al norte de San Diego, los vecinos como ella tienen días sin
bañarse bien. El hastío hizo que salieran el lunes en grupo a protestar
en la autopista Bárbula - Guacara. “Estamos desahuciados, ¡Esto es un
pueblo sin ley!”, exclamaba, ya con la voz ronca de tanto gritar en la
autopista.
-No podemos pagar hasta siete mil bolívares por un camión cisterna.
El tanque de mil litros en mi parcela dura tres días. Hacen lo que les
da la gana, denunció.
Oswaldo Aguilar es vocero del Consejo Comunal. Es el encargado de la
mesa técnica de agua de La Josefina. Reconoce, cabizbajo, que
Hidrocentro no les ha dado respuesta. La solicitud de reparación de la
bomba sigue esperando. Su formación como vocero de la mesa técnica, un
proyecto para el cual la estatal gastó seis mil 442 millones 971
bolívares según su memoria y cuenta en 2015, no mella.
La Josefina es como un pueblo fantasma. En el plan de abastecimiento
de agua potable de Hidrocentro la comunidad no aparece. Esas mil 500
familias son invisibles en el archivo disponible en la página web de la
estatal. Pero no significa que no haya cortes.
Aguilar denunció que antes tenían agua tres días a la semana. Eso se
redujo a 16 horas, contabilizó el vecino. Ahora solo les llega agua dos
días por semana. “Antes 30% de los vecinos no tenía agua, pero ahora
somos 100%”.
Fueron a la Alcaldía, a Hidrocentro, y a la Secretaría de Desarrollo
Social de la Gobernación. En ningún organismo les dieron solución
concreta. Aguilar explica que la escasez se debe, además del fallo de la
bomba, al pobre caudal del río La Cumaca, que surte la comunidad.
100 Metros Por Dos Mil Bolívares
El agua siempre ha sido una intermitente en los 30 años de Rosa
Nolazco viviendo en La Josefina. Una de sus vecinas, más joven, cargaba
un cartel que mostraba el mensaje: “22 años como camellos” escrito en un
cartón. Con los camioneros y sus agallas se lidia diariamente, relata.
Un conductor no atiende el llamado si no se le compra la carga
completa: 10 mil litros, dice Nolazco. Eso es mucho más que la capacidad
de los tanques de cualquier parcela, por eso se paga entre varios.
“Pero lo último es que no visitan las casas porque dicen que el tanque
queda muy lejos de la calle principal y no llega la manguera. Por eso
preguntan antes”.
Si el camión se debe mover unas cuadras, son hasta dos mil bolívares
de recarga por 100 metros de recorrido. “No vale el dinero, ni el agua,
entonces nos quedamos sin agua toda la semana. Ya estamos obstinados,
estamos ahorcados por todos lados”. Alonso Mutero agrega otro costo: 750
bolívares semanales en botellones de agua potable. “Ni que uno tuviera
una mata de plata”.
“No Sabemos Qué Consumimos”
El pozo de La Josefina tiene al menos 15 años funcionando. Freddy
Díaz, otro vecino molesto, dijo que nunca han hecho un examen
físico-químico al agua. Acompañaba la protesta que desde las 6:00 a.m.
“Ese pozo es ilegal. No tiene permisología ni del ministerio de
Ecosocialismo ni de Salud. No sabemos qué calidad de agua consumimos”.
Para Díaz es una aberración. Los vecinos no saben quién tiene la
concesión de explotación del pozo subterráneo. “Nos privatizaron el
agua. ¿Somos soberanos pero no tenemos el derecho al agua?, imposible”.
Si se hace una caracterización al agua de los camiones cisterna,
saldrían coliformes, estima el usuario. “Nadie del ministerio nos ha
venido a explicar qué estamos comprando”.
A las 10:58 llega un mensaje de texto de Díaz. La protesta culminó.
“Levantamos la tranca, un funcionario de Hidrocentro se presentó, como
siempre: prometió”. El miércoles debería ser instalada una bomba
hidráulica provisional. De lo contrario los tobos vacíos saldrán de
nuevo en las manos de los vecinos a protestar en la autopista, prometió
el vecino. (LAB)
Extraído del diario "El Carabobeño", 08 de Marzo del 2016.
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